miércoles, 11 de abril de 2012

Marcapáginas de fieltro


Aquí os dejo una manualidad muy sencilla para aquellos a los que les gusta leer.
Para hacer este ratoncito marcapáginas sólo se necesita:
- Fieltro gris y negro
- Hilo de coser gris
- Colita de ratón gris (para la cola)
- Cola blanca o pegamento textil
- Rotulador negro permanente
Primero se dibuja en un trozo de fieltro gris la silueta del ratón (tiene forma de gota), después de recorta y se vuelve a dibujar esta forma por segunda vez . Después se cosen ambas partes introduciendo en la parte más ancha un extremo de la colita de ratón.
En un trozo de fieltro negro se dibujan las orejas y el hocico y se recortan. Se pegan con pegamento textil al ratón. Con un rotulador negro permanente se dibujan los detalles: ojos y bigotes.
Y por último se puede añadir un lacito en la cola del ratoncito, yo lo hice con fieltro negro.

lunes, 9 de abril de 2012

Pinza 1


Esta manualidad la he hecho yo. Es muy fácil. Sólo se necesita:
- Una pinza de madera
- Un palo, de madera, de helado
- Pintura verde
- Cola blanca
- Rotulador negro permanente
Y el resultado es este cocodrilo.
Le podéis colocar un imán en la parte de abajo y os servirá para sujetar las notas en la nevera.

viernes, 6 de abril de 2012

Amor verdadero...

Una mañana agitada, a las 8:30, cuando un señor mayor de unos 80 años, llegó al hospital para que le retiraran los puntos de su pulgar.
El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am, el doctor le pidió que tomara asiento, sabiendo que quizá pasaría más de una hora. Lo vio mirando su reloj y decidió examinar su herida.
Mientras lo curaba le preguntó si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor le dijo que no, que necesitaba ir al geríatrico para desayunar con su esposa.
El doctor le preguntó sobre la salud de ella:
El le respondió que ella hacía tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer.
Le preguntó si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde:
Le respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.
El doctor sorprendido entonces le preguntó: 'Y usted sigue yendo cada mañana, aún cuando ella no sabe quien es usted?'
Él sonrió y le dijo:
"Ella no sabe quien soy, pero yo aún sé quien es ella y la amo ."
Al doctor se le erizó la piel, y tuvo que contener las lágrimas mientras él señor se iba, y pensó,
"Ese es el tipo de amor que quiero en mi vida".